Aunque la familia puede ser uno de los pilares fundamentales referentes en nuestra vida, también lo es la pareja. Si ya hemos dedicado unos días a nuestros padres, ¿qué hay de malo en dedicárselo a nuestras parejas?

Podemos pensar que para estar con ellas tenemos todo el año. Pero si nos paramos a reflexionar, ¿cuántas horas en realidad nos centramos en hablar y disfrutar del y con el otro en nuestra vida cotidiana?

PARA ALGUNOS

de nosotros es tan complicado, o lo damos tan por supuesto que estereotipamos al otro y ya casi lo tratamos sin verlo, sin contar con él y así es como la rutina se instala en la relación y eso es como una termita en una madera, la reduce a…la nada.

Si no tenemos tiempo en el resto del año para dedicarnos, ojo digo dedicarnos  porque va a repercutir en el bienestar de ambos miembros de la pareja, un tiempo a nuestro disfrute y a sentirnos escuchados y queridos por el otro, debemos buscarlo, y la fiesta de reyes es especial y mágica. Es el envoltorio perfecto para resaltar unos momentos de intimidad que nos reconforten el resto del año.

Y SI

mientras leemos estas líneas descubrimos que aun teniendo todas las variables descritas en nuestra ecuación, no nos apetece provocar ese momento, algo no anda bien y tenemos que reflexionar qué es lo que nos está pasando en la relación.

UNA CLAVE

para saber qué hacer con la pareja puede ser la siguiente. Las cosas que nos gustaba hacer con la pareja al principio de la relación y que nos atraían por la novedad, igual ahora están dentro de lo que más o menos hacemos. Y por lo que lo que los psicólogos llamamos “adaptación hedonista”, ya ese mismo comportamiento no nos resulta tan gratificante. Y lo mismo que me pasa a mi le pasa al otro, con lo cual un buen punto de partida es consensuar qué podemos hacer entre los dos, qué es lo que más nos apetece a los dos, con lo que los dos disfrutamos, porque estamos hablando no de compartir tiempo con otros, ni de hacerle un regalo a la pareja, sino de haceros un regalo como pareja. Por lo tanto hay que planificar y cuidar ese momento para así…disfrutarlo.

OTRA CLAVE

puede ser los componentes de esa vivencia. A la mayoría de nosotros nos gustan las experiencias, donde sentimos plenamente la situación, con lo cual ese regalo que nos hacemos debe satisfacer nuestros sentidos, a través del gusto, de la vista del tacto…, por lo tanto no vale sólo con estar juntos. También debe de haber algo de misterio, es decir, que sea una situación relativamente nueva para ambos y mucha ilusión porque ocurra.

Y a partir de aquí podemos hacer todo tipo de planes, desde irnos a una ciudad distinta, a un sitio rural, al extranjero, una cena romántica o…quedarnos en casa con una buena peli y unos aperitivos que nos gusten a ambos para disfrutar de ese momento que hace mucho tiempo que no teníamos…

Y por último un CONSEJO…

para disfrutar de estos momentos mágicos, debéis acudir a esa cita como cuando os enamorasteis de la persona, olvidaros de problemas cotidianos, de discusiones, de la rutina. Ahora conocéis a la persona, sabéis sus defectos, pero también sus virtudes, tenéis complicidad, intimidad, confianza…, ha habido discusiones, pero también encuentros, hasta en algunos momentos nos ha sorprendido…entonces… ¿no piensas que debe de haber un momento para dedicároslo?

«Regálate la experiencia de volver a enamorarte”