-No sé cómo me he atrevido a venir. Creo que lo de tener pareja no está hecho para mí. Mi matrimonio fue un desastre desde el principio. Igual me entrego mucho o confío mucho o no sé…-, dice José Maria mirándome con unos ojos azules, grandes y expresivos

-Igual es que elegiste a la persona equivocada y está bien que te des una oportunidad de ser feliz-, le digo sonriéndole para darle ánimos.

-Si…, tengo mucho para dar, y creo que mi ex ni me comprendió ni supimos hacernos felices, así que ahora espero tener otra oportunidad.

(Historias en la Agencia Matrimonial Lazos)

Si nos proponemos mejorar nuestra relación de pareja, bien porque ha entrado en una monotonía o bien porque simplemente creemos que podemos crecer como pareja, debemos tener en cuenta los siguientes consejos:

Tener un equilibrio entre dar y recibir

Hay que hacer una evaluación de lo que realmente esperamos de nuestra pareja y si nos lo da escaso o con creces. Si nos muestra sus sentimientos y emociones, si tiene detalles con nosotros, si notamos su preocupación e implicación con nuestros deseos y objetivos, debemos valorar si nosotros también lo hacemos en la misma medida. La clave es que ningún miembro de la pareja sienta que da más de lo que recibe.

Mantener un espacio personal

Un espacio donde disfrutemos de nuestros hobbies o actividades placenteras. Tener una pareja no significa que debamos compartir absolutamente cada minuto de nuestra existencia. Debemos respetar pero sobretodo valorar la individualidad del otro. Aunque nuestros objetivos como pareja deben ser los mismos y nuestro estilo de vida totalmente compatible, no tenemos porqué compartir gustos o aficiones. Es más, podemos disfrutarlos a la vez pero cada uno por su cuenta. El volvernos a encontrar en un punto en común donde dialogar sobre ello y valorar la ilusión de la otra persona e incluso animarla en su dedicació, es algo que equilibra a la pareja.

Volver a emocionarse con el otro

Igual hace tiempo que no nos reímos juntos, que no disfrutamos de una agradable velada, que hemos perdido tiempo de intimidad. El inicio del año es un buen momento para evaluar si hemos vivido más momentos negativos que positivos, si nos hemos emocionado, reído y sentido más con otras personas que con nuestra pareja, si hemos deseado estar a solas con ella más veces de las que hemos estado o no. Hay que reencontrarse con el otro. Hay que ser uno mismo de nuevo pero en pareja. Hay que intensificar esa llama del amor y de la pasión. Si el balance da negativo hay que buscar momentos y realizar actividades donde de nuevo el mundo se centre en los dos.

Evaluar la emoción más presente en nuestra vida

Si llevamos un año donde la tristeza, la apatía, la falta de motivación ha hecho mucho acto de presencia, debemos pensar que no estamos solos, que el otro lo ha sufrido en silencio y que ha tenido una gran comprensión para no ahondar más en nuestra pena o amargura. Debemos frenar esta situación porque puede que el cansancio aparezca y nuestra relación termine. Debemos analizar la causa y atacar la raíz de esa desesperanza, puede ser algo físico, o un mal trabajo o alguna circunstancia que nos desagrade pero que debemos llevar a cabo, como cuidar a un familiar. Debemos ver las opciones que tenemos, comunicarlo a nuestra pareja desde el cambio y la confianza y tomar la mejor decisión para que nuestra emoción cambie.

Evaluar cómo hemos estereotipado a nuestra pareja

Con el paso del tiempo tendemos a cosificar al otro. A categorizar con juicios de valor sus actitudes y opiniones. Ya no dejamos que nos sorprenda. Pero puede que con nosotros el otro haya hecho lo mismo y debemos valorar si realmente nos entiende las demandas que realizamos en todos los aspectos de la relación de pareja. Igual es un buen momento para parar, para conversar sinceramente de lo que nos hemos dejado por el camino de la relación y de las circunstancias, para escuchar y comprender a nuestra pareja sin enjuiciar. Igual nos sorprendemos. Desde luego si nos sinceramos el uno con el otro y nos escuchamos con respeto y empatía la relación mejorará con creces.

También es bueno que la pareja tenga objetivos a realizar

Tener metas a conseguir en donde ambos pongamos ilusión y tiempo. Los deseos habituales entre las parejas para el nuevo año suelen ser casarse, agrandar la familia o tener un hijo, comprar una casa o ir a vivir juntos, hacer un viaje, ahorrar, comprar un coche o mejorar el empleo o encontrar uno mejor. Sea el que sea debe ser algo en común donde ambos lo deseen por igual ya que compartir desde la complicidad y la ilusión fortalece los lazos de la pareja.

Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el dia ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir. (Dalai Lama)

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